💥 Valle Salvaje Capítulo 274 – La furia de José Luis no tiene límites. Después de descubrir la carta y las mentiras de Victoria, el amor se convierte en odio, y el matrimonio entra en su punto de quiebre.
🔥 En este avance exclusivo, seremos testigos de enfrentamientos, lágrimas y decisiones que cambiarán el destino del valle para siempre.
👑 Personajes principales: José Luis, Victoria, Úrsula, Rafael, Adriana, Julio, Bernardo y Mercedes.
💔 Un episodio lleno de tensión, secretos y venganza.
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#ValleSalvaje #JoséLuis #Victoria #AvanceValleSalvaje #TVNRevisar #Telenovela #Drama #Avance274
🔥 En este avance exclusivo, seremos testigos de enfrentamientos, lágrimas y decisiones que cambiarán el destino del valle para siempre.
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CortometrajesTranscripción
00:00Todo el dolor que le procure a mi hermano, todo, se lo voy a devolver.
00:05No sé ni cómo ni cuándo, pero le juro ante Dios que así será.
00:10El capítulo 270 y 4 de Valle Salvaje culmina con el juicio de victoria
00:16y el cierre de un ciclo de traiciones, fuego y redención.
00:21La duquesa, símbolo del poder corrupto, es finalmente desterrada,
00:26pero deja tras de sí una advertencia, el pasado no muere, solo esperaba.
00:32Rafael emerge como el heredero moral del valle,
00:35guiado por la compasión de Mercedes y la fe de Adriana,
00:39cuyo embarazo representa la renovación.
00:42Alejo, Luisa, Matilde y los demás encuentran en la verdad un nuevo propósito.
00:49Mientras las ruinas del incendio sirven de cimiento para un futuro distinto,
00:53el valle salvaje, una tierra marcada por la lucha entre amor y ambición,
00:58se despide de su mayor sombra.
01:01Sin embargo, bajo la calma, persiste la certeza de que toda paz es frágil
01:06y que incluso la redención más pura necesita vigilancia constante.
01:11El humo del sótano se elevaba en columnas grises
01:14cuando Alejo y Luisa emergieron jadeando al patio trasero.
01:17La lluvia comenzaba a caer, arrastrando con ella el olor a hollín y aceite quemado.
01:26Luisa, empapada, lo tomó del brazo con desesperación.
01:31—¿Está muerto? —preguntó con voz quebrada.
01:35Alejo respiró con dificultad.
01:37—No lo sé.
01:39Cayó y el fuego empezó a extenderse.
01:42—No tuve tiempo de mirar.
01:45—¡Dios mío! —exclamó ella, llevándose las manos a la boca.
01:51—No querías hacerle daño.
01:53—Sólo quería detenerlo.
01:56—respondió él, mirando la talla de oro que aún apretaba en la mano.
02:00Pero ese hombre eligió su camino.
02:04De pronto, una figura surgió entre el humo del portalón.
02:07Era Pepa, que había corrido desde la cocina al ver las llamas.
02:12—¿Qué demonios pasó aquí? —gritó.
02:15—El almacén arde como un infierno.
02:18Alejo se volvió hacia ella.
02:21—Pepa, avisa a los hombres.
02:24—Traigan cubos de agua antes de que se propague.
02:27—¿Y Tomás? —preguntó la anciana.
02:30Alejo vaciló.
02:32—No lo sé.
02:33—Puede que siga adentro.
02:35—Sin dudarlo, Pepa corrió hacia la entrada, pero Alejo la detuvo.
02:41—No entre.
02:42—El humo es demasiado espeso.
02:45—Si ese desgraciado muere calcinado, su alma no descansará jamás.
02:51—murmuró la mujer, persignándose.
02:54—Luisa, temblando, se arrodilló bajo la lluvia.
02:58—Todo es culpa mía.
03:00—Si no lo hubiera protegido, Alejo se arrodilló frente a ella.
03:06—No llegas de eso.
03:08—Él era el culpable.
03:10—No tú.
03:11—Ya no podía cambiar.
03:13—Mientras hablaban, varios jornaleros llegaron corriendo con cubos de agua.
03:18—Entre ellos estaba Martín, el hermano de Matilde, y Atanasio, que no tardó en tomar el mando,
03:26echen agua por la entrada del sótano, y rápido.
03:30El fuego crepitaba con furia, pero la lluvia ayudaba a sofocar las llamas.
03:36Cuando finalmente lograron controlarlo, solo quedaron brasas humeantes y un olor a madera chamuscada,
03:44uno de los hombres, al remover los escombros, exclamó,
03:48—Aquí hay alguien.
03:50Todos cogieron.
03:52Entre los restos ennegrecidos, encontraron el cuerpo de Tomás, apenas respirando,
03:59con el rostro cubierto de hollín.
04:01—Está vivo, murmuró Alejo.
04:03—Luisa se llevó una mano al pecho, a medio camino entre el alivio y el horror.
04:09—Gracias a Dios.
04:11—Gracias a la lluvia, replicó Pepa con dureza.
04:15—Porque si dependiera de su suerte, ya estaría ardiendo en el infierno.
04:20Llamaron a Mercedes, que llegó acompañada por Rafael y dos guardias del valle.
04:26Al ver la escena, Rafael frunció el ceño.
04:30—¿Qué ha pasado aquí?
04:31—Alejo de un paso adelante, encontré la talla de San Miguel escondida en el sótano.
04:38—Tomás estuvo allí.
04:41Intentó escapar, y el fuego empezó.
04:44Mercedes lo miró con incredulidad.
04:48—¿Tomás?
04:49—Robando de nuevo.
04:51—Pepa intervino.
04:52—Así es.
04:54—Y Luisa lo sabía.
04:55—No —gritó Luisa, desesperada.
05:00—No lo sabía todo.
05:02—Emma o Menazú.
05:04—Me dijo que si lo denunciaba, revelaría cosas del pasado.
05:09—Rafael la miró con dureza.
05:11—¿Y preferiste calar?
05:14—Luisa rompió en llanto.
05:16—Pensé que podría detenerlo sola.
05:18—Mercedes suspiró, apoyando una mano en su hombro.
05:24—A veces, el silencio hace más daño que la verdad, hija.
05:29—Rafael ordenó a los guardias.
05:31—Llévenlo al granero.
05:33—¿Que el médico lo vea?
05:36—Si sobrevive, responderá ante la hermandad.
05:39—Mientras se llevaban a Tomás, Alejo se quedó quieto, empapado bajo la lluvia.
05:45—Rafael se acercó.
05:47—¿Tuviste suerte de no morir ahí dentro?
05:50—No fue suerte, respondió él.
05:54—Fue rabia.
05:55—Y miedo.
05:57—Entonces canaliza a ambos para proteger, no para destruir, dijo Rafael antes de marcharse.
06:03—Cuando todos se dispersaron, Pepa y Mercedes ayudaron a Luisa a regresar al interior.
06:10En la cocina, el calor de la chimenea contrastaba con el frío del exterior.
06:16Luisa, aún temblando, miraba el fuego como si pudiera volver a ver las llamas devorando el sótano.
06:23—¿Qué va a pasar con él? —preguntó en voz baja.
06:27Mercedes respondió sin dudar.
06:29—La hermandad decidirá.
06:32—Pero pase lo que pase, tú ya hiciste lo correcto al decir la verdad.
06:38—Aunque haya sido tarde.
06:40—¿Luisa se cubrió el rostro con las manos?
06:43—¿No puedo evitar pensar que pude evitarlo todo?
06:46—Ya no pienses, Don Ezo, dijo Pepa, sirviendo el té caliente.
06:52—Hay gente que solo aprende cuando toca el fuego.
06:56Tomás era uno de ellos.
06:58—Afuera, la lluvia seguía cayendo con fuerza, lavando las cenizas y el hollín del suelo.
07:06Alejo, de pie bajo el aguacero, observaba cómo los guardias se alejaban con el cuerpo de Tomás.
07:14Apretó los puños y murmuró.
07:16—¿Esto aún no termina?
07:18La tormenta se llevó su voz, pero no su promesa.
07:21El día amaneció con una quietud engañosa.
07:25En los corredores de la casa grande se respiraba el polvo del silencio.
07:31Interrumpido solo por el eco de pasos nerviosos, Alejo caminaba con paso firme,
07:38sosteniendo un papel arrugado entre los dedos.
07:40Lo había encontrado por casualidad, o quizá por destino, en el armario de Luisa.
07:47El mismo plano que Tomás había dibujado semanas atrás.
07:51Con cada rincón, cada pasadizo y cada entrada secreta de la casa,
07:56su corazón latía con furia mientras volvía a examinarlo.
08:01Había marcas rojas en los márgenes, líneas torcidas que apuntaban hacia el sótano
08:07donde se guardaban las reliquias y la pequeña talla de oro que tanto valor tenía para la familia Guzmán.
08:14Todo encajaba.
08:16Tomás planeaba un robo y Luisa, por compasión o miedo, estaba implicada.
08:22Alejo dobló el papel con cuidado y salió al patio.
08:26Allí la vio, de espaldas, recogiendo ropa mojada de una cuerda.
08:32Luisa la llamó, con voz contenida.
08:36Ella se giró, sorprendida por el tono seco.
08:40—¿Qué ocurre, Alejo?
08:42—Necesito hablar contigo —respondió, acercándose.
08:47—¿Y quiero que me digas la verdad?
08:50Luisa bajó la vista.
08:52—¿Verdad sobre qué?
08:54—Sobre esto, Alejo extendió el plano frente a ella.
08:59El color abandonó el rostro de Luisa.
09:03Dio un paso atrás, temblando.
09:06—Yo puedo explicarlo.
09:09—No me expliques nada —la interrumpió.
09:12—Sólo dime si lo hiciste tú o ese desgraciado.
09:16—¿Las palabras le dolieron más que un golpe?
09:20—¿No sabes lo que dices?
09:22—Si lo sé —replicó él, elevando la voz.
09:27—Sé que ese hombre te está usando.
09:29—¿Que te arrastra otra vez a su miseria, igual que antes?
09:34—Luisa negó con la cabeza.
09:37—No es eso.
09:39—Tomás me homenazó.
09:41—Dijo que si no lo ayudaba, contaría cosas del pasado.
09:44—¿No podía permitir que todo saliera a la luz?
09:48—Alejo respiró hondo, intentando contener su rabia.
09:53—¿Y preferiste ser su cómplice?
09:56—No lo soy —respondió ella, con lágrimas en los ojos.
10:00—Sólo traté de proteger de ipslon proteger a todos.
10:05—El joven apretó los puños.
10:08—No necesito protección.
10:11—Necesito justicia.
10:13—Durante un instante, ambos se miraron en silencio.
10:17El viento, agitando las sábanas tendidas entre ellos, luego Alejo bajó la voz.
10:24—Dime dónde está ahora.
10:26—En las chimeneas, susurró ella.
10:30—Revisando los ductos del ala sur, dice que necesita limpiar, pero no confío en él.
10:38Alejo asintió.
10:39—No te preocupes.
10:42—Yo me aún cargaré.
10:43—Por favor —suplicó ella, sujetándole el brazo—, no hagas nada imprudente.
10:51—Ya es tarde para la prudencia.
10:53Se soltó bruscamente y se marchó, dejando atrás el olor a ropa húmeda y culpa.
11:00Luisa se dejó caer sobre una silla, llorando en silencio.
11:04Pepa la encontró minutos después.
11:07—¿Qué has hecho ahora, criatura?
11:09—Le dije a Alejo la verdad, respondió entre sollozos.
11:15—Va a buscar a tu mas.
11:17Pepa se persignó.
11:19—Dios nos protea.
11:22Ese muchacho tiene fuego en la sangre.
11:25Si los enfrenta, uno de los dos no saldrá vivo.
11:29Mientras tanto, Alejo atravesaba los corredores con paso decidido.
11:35El sonido de su respiración se mezclaba con el crujido de la madera bajo sus botas.
11:41Subió las escaleras, dobló por el pasillo del alasur y finalmente encontró la escalera que conducía a las chimeneas.
11:48Allí estaba Tomás, cubierto de hollín, agachado frente a un ducto abierto.
11:55Al oír los pasos, se giró con una sonrisa burlona.
11:59—Vaya, si es el perro guardián del valle.
12:03Alejo no respondió.
12:05—Avanzó hasta quedar a unos metros de él.
12:08—Sé lo que planeas.
12:10—Ah, ¿sí?
12:12Tomás se limpió las manos con calma.
12:14—Entonces, ahorrame a explicaciones.
12:19Alejo sacó el plano del bolsillo y lo arrojó al suelo.
12:22—¿Buscas esto?
12:24—¿Te vas a pudrir antes de tocar una sola moneda?
12:27Tomás soltó una carcajada.
12:30—Eres valiente, muchacho.
12:33—¿Pero no entiendes el juego?
12:35—Esta casa me debe demasiado.
12:38—Y pienso cobrarlo.
12:40—¿Robando?
12:41—Llamemos la justicia.
12:43—Los Guzmán se alimentaron de nosotros toda la vida.
12:48—Es hora de equilibrar la balanza.
12:51Alejo se acercó un paso más.
12:54—No hables de justicia cuando tus manos están manchadas por traición.
12:59El ambiente se volvió espeso.
13:02Tomás lo miró fijamente, con los ojos encendidos de rencor.
13:07—Tú no sabes lo que es perderlo todo.
13:10—Sí lo sé —replicó Alejo.
13:13—Y por eso no voy a dejar que arruines lo poco que nos queda.
13:17Por un momento pareció que se lanzarían el uno contra el otro, pero Alejo se contuvo, dio media vuelta y dijo antes de marcharse.
13:27—Si te atreves a tocar algo que no te pertenece, no responderé por mis actos.
13:33Tomás lo observó alejarse con una sonrisa torcida.
13:36—Entonces prepárate muchacho.
13:40—Porque ya empecé.
13:42Luisa pasó el resto del día con el corazón en vilo.
13:46Cada sonido de pasos, cada puerta que se abría, la hacía estremecerse.
13:51Sabía que Alejo no era hombre de palabras vacías y que si encontraba a Tomás cometiendo alguna fechoría, lo enfrentaría sin pensar en las consecuencias.
14:02En la cocina, sus manos temblaban mientras pelaba papas.
14:07Pepa la observaba en silencio, hasta que no pudo más.
14:10—Luisa, mírame, le dijo, apoyando el cucharón sobre la mesa.
14:16—¿Estás pálida como la cera? ¿Qué demonios pasa con Chigo?
14:21Luisa se secó el sudor de la frente.
14:24—He metido a todos en peligro, Pepa.
14:27Alejo sabe lo del plano.
14:29Pepa la miró horrorizada.
14:32—¿Y le dijiste que fue Tomás?
14:35—Sí, murmuró.
14:37—Y fue tras él.
14:38—La anciana se persignó.
14:42—Santo chelo.
14:44Ese hombre no conoce límites y Alejo tampoco.
14:48Si se cruzan, el diablo se frota las manos.
14:53Luisa rompió a llorar.
14:55—No sé cómo llegué a esto.
14:58Solo quería ayudarlo.
15:00Evitar que cometiera una locura.
15:03—Y en su lugar lo empujaste más hondo, respondió Pepa,
15:07aunque su tono era más de tristeza que de reproche.
15:11—Luisa, tienes que entender algo.
15:13¿Hay hombres que nacen torcidos?
15:16—No importa cuánto los endereces.
15:18¿Siempre se doblan otra vez?
15:20Luisa asintió, ahogándose en su culpa.
15:24—Debí escucharles cuando me dijeron que me alejara.
15:28—Ya no sirve lamentarse, dijo Pepa, limpiándole las lágrimas con el delantal.
15:36—Ahora lo único que puedes hacer es hablar con Mercedes.
15:40Ella sabrá cómo manejar esto.
15:43—Luisa negó rápidamente.
15:46—No.
15:46—Si Mercedes se entera, informará a Rafael y él mandará arrestar a Tomás.
15:53—¿Lo matarán en la cárcel?
15:55—Entonces dime tú, ¿qué solución tienes?
15:58—replicó Pepa con firmeza.
16:01—¿Esperar a que Alejo le abra la cabeza con una pala?
16:04Luisa no respondió.
16:07—Solo se levantó, temblando.
16:10—Voy a detenerlos.
16:12—No sé cómo, pero lo haré.
16:14—Pepa la sujetó del brazo.
16:18—Luisa, no seas tonta.
16:21—Ese hombre te manipula.
16:24—Si te acercas, te arrastrará con él.
16:27—Prefiero caer con él que verlo muerto por mi culpa, susurró antes de salir corriendo.
16:34Mientras tanto, Alejo vagaba por los pasillos del Ala Sur, buscando alguna señal de Tomás.
16:41No lo había visto desde el enfrentamiento en las chimeneas, pero algo le decía que el ladrón no se había rendido.
16:50Su intuición lo llevó hasta los almacenes subterráneos, donde se guardaban las herramientas de mantenimiento.
16:57Allí, encontró una puerta entreabierta.
17:02Entró con cautela, el corazón martilleándole el pecho.
17:07Dentro, una lámpara encendida sobre una mesa iluminaba un pequeño bulto envuelto en tela.
17:12Al acercarse, lo desató y vio brillar el dorado de la talla sagrada de San Miguel, la misma que había desaparecido del oratorio hacía tres días.
17:24—¡Maldito seas! —murmuró entre dientes.
17:27Una voz detrás de él respondió.
17:30—¿Llegaste más rápido de lo que pensé?
17:33Alejo se giró.
17:34Tomás estaba allí, con una sonrisa torcida y un cuchillo en la mano.
17:40—Te dije que no entendías el juego.
17:43—¿Vas a matarme? —preguntó Alejo, sin retroceder.
17:47—No quiero matarte —respondió Tomás.
17:51—¿Sólo quiero tiempo?
17:53Este valle le pertenece a los ricos, y ellos se han llenado los bolsillos a costa de nosotros.
18:00—Lo que hago no es robo, es justicia.
18:04—Eso no es justicia —replicó Alejo.
18:08—¿Es resentimiento disfrazado?
18:11Tomás lo miró con desprecio.
18:14—¿Hablas como un noble?
18:16—¿Crees que porque trabajas para ellos ya eres diferente?
18:20—¿Pero sigues siendo un peón?
18:23—Y tú sigues siendo un cobarde —escupió Alejo.
18:27Por un momento, el silencio los envolvió.
18:30La lámpara chispeó, proyectando sombras violentas sobre las paredes.
18:36Tomás apretó el cuchillo, pero Alejo no se movió.
18:40—Vete, muchacho —dijo finalmente Tomás.
18:44—No quiero hacerte daño.
18:47Esta pieza me dará lo suficiente para desaparecer y empezar de nuevo.
18:53—No te vas a llevar nada —respondió Alejo, con la voz baja pero firme.
18:59Tomás dio un paso al frente.
19:02—No te metas en esto.
19:04—Ya estoy metido.
19:07El ladrón lanzó una carcajada amarga.
19:10—Entonces morirás por algo que no entiendes.
19:14Antes de que pudiera moverse, Alejo lo empujó con fuerza.
19:17El cuchillo cayó al suelo y ambos se lanzaron al cuerpo a cuerpo.
19:23La mesa se volcó, la lámpara rodó y el aceite encendido se derramó por el suelo.
19:29Un resplandor naranja iluminó el caos.
19:33—Te voy a matar, mocoso —gritó Tomás, intentando sujetarlo.
19:37Alejo, con la furia de quien defiende algo más que una reliquia, lo golpeó contra la pared.
19:44—No mientras respire.
19:47Un segundo golpe, luego otro.
19:50Tomás cayó al suelo, sangrando por la ceja, pero antes de perder el sentido, murmuró.
19:57—Esto no acaba aquí, Alejo.
20:01—Nunca acaba.
20:03El fuego comenzaba a lamer las tablas del suelo.
20:07Alejo tomó la talla dorada y corrió hacia la salida.
20:11Al subir las escaleras, oyó a alguien gritar su nombre.
20:16Era Luisa, que bajaba corriendo hacia él.
20:19—Dios mío, Alejo, ¿qué has hecho?
20:23Él apenas tuvo aliento para responder.
20:25—¿Salvarte?
20:27El amanecer siguiente trajo consigo un silencio pesado.
20:32El fuego del sótano había sido extinguido, pero el humo aún flotaba en los corredores de la casa grande,
20:39como un recuerdo que se negaba a desaparecer.
20:43Tomás permanecía inconsciente en el granero.
20:46Con el cuerpo vendado y el rostro irreconocible por las quemaduras,
20:51nadie sabía si sobreviviría al día.
20:53Mercedes y Rafael se reunieron en el despacho,
20:58donde los documentos chamuscados del inventario esperaban sobre la mesa.
21:02—El daño fue menor, dijo ella, revisando los papeles,
21:07pero el escándalo será grande.
21:10Todos en el valle ya hablan del incendio.
21:14Rafael suspiró, frotándose el puente de la nariz.
21:17—La justicia tarda, pero llega.
21:22Si Tomás despierta, será entregado a la hermandad.
21:26Y Luisa, preguntó Mercedes.
21:28—Quedará bajo tu cuidado, respondió él.
21:31—¿Nadie mejor que tú para enseñarle que la compasión no debe confundirse con debilidad?
21:39Mercedes asintió.
21:41Aunque su expresión era sombría,
21:43ha sufrido bastante,
21:45pero su silencio casi nos cuesta más que un robo.
21:49A veces el amor malentendido es la peor de las cadenas.
21:54Mientras tanto, en la habitación de servicio,
21:57Luisa se despertó sobresaltada.
22:01Había soñado con llamas, con gritos,
22:04con el rostro de Tomás mirándola entre el humo.
22:08Se incorporó sudando, con los ojos enrojecidos.
22:13Pepa la observaba desde la silla,
22:15donde había pasado la noche velándola.
22:17—Ya estás despierta —dijo la anciana con suavidad.
22:22—Tranquila.
22:23—¿Todo terminó?
22:25Luisa negó con la cabeza.
22:27—Nada ha terminado.
22:30Si Tomás muere, lo habré matado yo.
22:33Pepa suspiró.
22:35—Tú no lo mataste, criatura.
22:38Él se mató solo, con sus malas decisiones,
22:40pero yo lo dejé llegar tan lejos.
22:45—Porque creíste en él —replicó Pepa—
22:49y eso, aunque sea un error, no es pecado.
22:53Pero ahora aprende.
22:54Hay gente que solo ama el poder de arrastrar a otros con ellos.
22:59En ese momento, Mercedes entró, con paso lento pero firme.
23:04Luisa dijo,
23:06—Necesito hablar contigo.
23:08La mujer bajó la mirada.
23:11—Sé lo que va a decirme.
23:13—Entonces escúchame igual —continuó Mercedes.
23:17—No voy a...
23:19...huzgarte.
23:20—Ya has pagado bastante,
23:22pero debes prometerme algo,
23:24que no volverás a dejar que el miedo te haga mentir.
23:28Luisa levantó los ojos,
23:30llenos de lágrimas.
23:32—Lo prometo, señora.
23:34—Mercedes asintió.
23:37—Bien, porque si el perdón de Dios es infinito,
23:41el de los hombres no lo es tanto.
23:45Mientras en la casa pequeña reinaba la calma tensa,
23:49en el ala principal,
23:50el marqués Hernando discutía con José Luis.
23:54El duque había pasado la noche sin dormir,
23:57atormentado por la confesión de victoria
23:59y por la carta a Úrsula,
24:01que lo perseguía como un fantasma.
24:03—Esa mujer nos destruyó a todos —dijo Hernando,
24:07golpeando la mesa con el bastón.
24:09—Pero tú le diste poder por...
24:11—¿La dejaste moverse libremente
24:13mientras jugaba con nuestras vidas?
24:16José Luis lo miró con cansancio.
24:19—No lo niego,
24:21pero ya lo he pagado con creces.
24:23—Lo que me preocupa ahora no es ella,
24:27sino el futuro de este lugar.
24:29—Entonces deja que Rafael lo maneje —replicó el marqués.
24:33—¿Tú ya has tenido tu turno?
24:36—Eso haré —dijo José Luis,
24:39con un dejo de resignación.
24:41—Pero antes necesito enmendar un último error.
24:45—¿A qué te refieres?
24:47José Luis abrió un cajón y sacó un sobresellado.
24:51—Este documento anula la deuda de Adriana
24:55y le otorga a las tierras del llano sur.
24:58—Quiero que Rafael y su hijo
24:59tengan algo que ningún Guzmán pueda arrebatarles —
25:04Hernando frunció el ceño.
25:05—¿Y crees que la corona aceptará eso?
25:09—Ya no me importa la corona —respondió el duque.
25:13—Sólo quiero morir en paz.
25:15En el granero, Tomás comenzó a moverse.
25:18El médico, que lo vigilaba desde la distancia,
25:22se apresuró a llamarle la atención a los guardias.
25:26—Está consciente.
25:27Uno de ellos corrió a informar a Rafael
25:29que llegó de inmediato.
25:32El ladrón abrió los ojos lentamente,
25:35confundido,
25:36y lo primero que vio
25:37fue el rostro del joven Guzmán
25:39mirándolo con frialdad.
25:41—Volviste del infierno —dijo Rafael.
25:44Tomás intentó hablar,
25:47pero la voz le salió ronca.
25:50—¿Dónde?
25:51—Estoy.
25:52—En el lugar donde pagarás lo que hiciste —respondió Rafael.
25:56El hombre soltó una risa débil.
26:00—¿Y tú crees que esto acaba conmigo?
26:03Siempre habrá otro Tomás en este valle.
26:06La injusticia nunca muere.
26:09—Quizás no —replicó Rafael—,
26:12pero esta vez no triunfará.
26:15En ese instante,
26:16Luisa entró al granero.
26:19Su rostro estaba pálido como la cera.
26:22Tomás la miró y sonrió con burla.
26:26—Viniste a despedirte, amor.
26:29Ella se arrodilló junto a él,
26:31con los ojos llenos de lágrimas.
26:34—No vine por ti.
26:36Vine por mí.
26:37Para pedirte perdón y para decirte adiós.
26:42Tomás la observó por un largo momento
26:45y en sus ojos, por primera vez,
26:48se asomó un brillo de arrepentimiento.
26:50—Siempre fuiste demasiado buena —murmuró.
26:55—Y tú, demasiado orgulloso —respondió ella.
26:58El silencio llenó el granero.
27:02Afuera, el viento soplaba con fuerza,
27:06arrastrando consigo el último humo del incendio.
27:10Algo en el aire olía a cierre.
27:12Afinal, aunque nadie se atreviera a decirlo,
27:16la noticia del incendio y del enfrentamiento entre Alejo y Tomás
27:19se extendió como pólvora por el valle.
27:22En las tabernas, los campesinos hablaban con asombro,
27:27mezclando rumores y verdades.
27:30Algunos decían que Tomás había intentado robar la talla dorada
27:33para venderla a contrabandistas.
27:35Otros aseguraban que lo había hecho por venganza contra los Guzmán.
27:40Nadie, sin embargo, dudaba de que el fuego
27:43había sido una señal de que la paz todavía era una ilusión.
27:48Mientras tanto, en la casa pequeña,
27:51Matilde llegaba corriendo, empapada por la lluvia,
27:54tras enterarse de lo ocurrido.
27:56—¿Dónde está Martín? —preguntó con voz alterada.
28:01Mercedes la detuvo.
28:03—Tranquila, hija.
28:05—¿Está con Atanasio en el establo?
28:07—¿Están ayudando a limpiar los restos del incendio?
28:11—Matilde respiró con alivio.
28:14—Temí que le hubieran llamado para custodiar a Tomás.
28:17—No quiero que se acerque a él.
28:20—Ese hombre no volverá a levantarse fácilmente —dijo Mercedes.
28:25—¿Pero aún puede hacer daño con la lengua?
28:28—La gente como él muerde hasta con la sombra.
28:32—Matilde bajó la voz.
28:34—No confío en que lo dejen vivir.
28:37—Los guardias dicen que lo llevarán ante la Santa Hermandad
28:40apenas se recupere.
28:42—Así debe ser —replicó Mercedes.
28:45—No habrá justicia si no responde por sus actos.
28:51Atanasio entró en ese momento, con el rostro cubierto de hollín.
28:56—El fuego no se extendió más —informó.
28:59—Pero el sótano está perdido.
29:02Rafael dijo que lo sellarán y nadie volverá a bajar allí.
29:06—Así es como se entierra un pecado —murmuró Mercedes, pensativa.
29:12Bajo piedra y silencio.
29:15Matilde lo miró con preocupación.
29:18—Atanasio, ¿qué pasará con nosotros?
29:20—Victoria sigue en algún lugar.
29:23—¿Y José Luis está enfermo?
29:26—Siento que el valle se desmorona otra vez.
29:30—Él tomó su mano.
29:32—No todo se desmorona.
29:35—A veces, lo que cae sirve para construir algo nuevo.
29:38—Esa misma tarde, Rafael fue a visitar a José Luis, que yacía en cama, con el rostro pálido, pero los ojos lúcidos.
29:49—Padre, ¿los hombres de la hermandad llegarán mañana?
29:53—¿Se llevarán a Tomás?
29:55—Déjalos hacer su trabajo —respondió el duque.
29:58—Pero antes quiero verlo.
30:01—¿Para qué? —preguntó Rafael.
30:03—José Luis lo miró con gravedad.
30:06—Porque también es mi culpa.
30:09—Ese hombre sirvió a nuestra casa durante años.
30:13—Lo vi hundirse y no hice nada.
30:16—Al igual que no hice nada cuando Úrsula cayó, cuando Victoria destruyó todo, he sido un espectador de mi propia ruina.
30:25—Rafael se sentó a su lado.
30:28—¿Aún puede remediar algo?
30:30—¿Con su testimonio puede limpiar el nombre del valle ante la hermandad?
30:35—¿Y el mío?
30:36—El suyo se limpiará con sus actos —respondió Rafael.
30:41—O si el Luis sonrió debiamente.
30:44—Hablas como si fueras un sacerdote.
30:47—Sólo intento ser un hombre justo —dijo Rafael, apartando la mirada.
30:53Esa noche, José Luis pidió que lo llevaran al granero.
30:57—¿Por qué? —Mercedes se opuso, pero él insistió.
31:01—Necesito verlo —dijo con voz temblorosa.
31:04—Si no lo hago, moriré con la culpa.
31:08Cuando entró, Tomás yacía semiconsciente sobre la cama de paja.
31:14Sus ojos se entreabrieron al reconocerlo.
31:17—Así que viniste —murmuró con amargura.
31:19—José Luis lo observó en silencio unos segundos antes de responder.
31:26—Vine a escucharte.
31:28—Si tienes algo que decir, hazlo ahora.
31:32—Toma a shot un arishorunza.
31:34—Escucharme.
31:36—Cuando era tu sirviente, nunca lo hiciste.
31:39—Ahora es tarde, duque.
31:41—Tu arrepentimiento no me sirve de nada.
31:44—Quizá no —admitió José Luis.
31:47—Pero no vine por mí.
31:50—Vine por el valle.
31:52—Por las almas que destruiste con tus mentiras.
31:55Tomás lo miró con desprecio.
31:58—No fui yo quien las destruyó.
32:01—Fuiste tú y tu mujer y tus hijos con su poder y su hipocresía.
32:07—Yo solo recogí lo que ustedes dejaron caer.
32:10—El silencio fue denso como el aire antes de la tormenta.
32:14—José Luis respiró hondo.
32:17—Entonces muere creyendo eso.
32:19—Si te da consuelo, moriré libre —murmuró Tomás.
32:24Cerrando los ojos, José Luis se levantó con dificultad.
32:29Antes de salir, dijo en voz baja,
32:32—No hay libertad para quien vive odiando.
32:35—Que Dios te perdone, si aún puede.
32:38Al salir, Mercedes lo esperaba.
32:42—¿Y bien? —preguntó.
32:44—Su corazón está tan quemado como su cuerpo, respondió él.
32:49—Pero el mío, por fin, empieza a enfriarse.
32:52En la madrugada, Matilde y Atanasio llevaron comida a los guardias del granero, pero al abrir la puerta, encontraron la cama vacía.
33:03Tomás había desaparecido.
33:05—¡Por la santa hermandad! —exclamó Atanasio.
33:09—¿Cómo escapó?
33:11Matilde corrió a avisar a Mercedes.
33:15En minutos, Rafael y Alejo ya estaban revisando los alrededores.
33:20Los perros olfateaban el barro y los arbustos, pero la lluvia de la noche anterior había borrado cualquier rastro.
33:29Luisa, al enterarse, quedó paralizada.
33:32—No puede ser.
33:34—No puede seguir vivo y libre.
33:37Peppa la abrazó.
33:39—Sí puede.
33:41El mal siempre encuentra una grieta por donde colarse.
33:44Desde lo alto de la colina, bajo la niebla, una figura cojeante avanzaba con dificultad, apoyándose en un bastón improvisado.
33:54Era Tomás.
33:56Sus pasos eran lentos, pero su mirada ardía con la obstinación de quien aún no acepta su destino.
34:04El amanecer encontró al valle sumido en un torbellino de rumores.
34:09Los campesinos aseguraban haber visto a un hombre herido cruzando el bosque.
34:13Otros decían que había sido devorado por los lobos, pero Rafael sabía que Tomás seguía con vida.
34:21Su instinto no se equivocaba.
34:24Un hombre como él no se rendía.
34:27No mientras quedara aire en sus pulmones, reunió a Alejo, Atanasio y un grupo de guardias.
34:35—Busquen desde el arroyo hasta las ruinas del viejo molino.
34:38Ordenó.
34:39—Debe estar escondido cerca del río.
34:42—No llegará lejos con esas heridas.
34:45Alejo asintió, con los ojos encendidos.
34:49—Si lo encuentro, ¿quiere que lo traiga con vida?
34:53—Sí —respondió Rafael con firmeza.
34:57—La justicia no se mancha con sangre.
35:00Si muere, que sea por el juicio de Dios, no por nuestra rabia.
35:05Sin embargo, en el corazón de Alejo, latía un fuego que no conocía de leyes ni de perdón.
35:13Mientras encillaba su caballo, pensaba en el rostro de Luisa, en las lágrimas que había derramado, en la humillación que Tomás le había hecho sufrir.
35:22—¡Esta vez no escapará! —murmuró.
35:26Mientras tanto, Luisa permanecía en su habitación, mirando por la ventana.
35:32La lluvia había cesado, pero el valle seguía cubierto de niebla.
35:37Pepa entró con una taza de caldo.
35:40—¿Debes comer algo? —dijo.
35:42—Si te desmayas, no ayudas a nadie.
35:45Luisa tomó la taza sin mirar.
35:50—¿Y si Alejo lo encuentra?
35:52—Entonces Dios decidirá qué hacer con él —respondió la anciana.
35:58—No podemos controlar todo ello.
36:01—Pero sí podemos elegir no volver a sufrir por quien no lo merece —añadió Mercedes, que acababa de entrar.
36:08—Ypsalom, tú, Luisa, ¿mereces paz?
36:13—¿Paz? —repitió ella.
36:15—Con una risa amarga.
36:18—¿Cómo se encuentra eso cuando todo lo que toqué termina en cenizas?
36:22Mercedes se acercó, le levantó la barbilla y la obligó a mirarla.
36:27—La paz no se encuentra.
36:30—Se construye.
36:31—¿Empieza por perdonarte?
36:34En ese momento, los ladridos de los perros rompieron el silencio.
36:39Afuera, Rafael y los hombres regresaban.
36:43—Alejo venía al frente, empapado y con el rostro endurecido.
36:48—¿Lo encontraron? —preguntó Mercedes.
36:52—Alejo desmontó del caballo.
36:55—¿Sí?
36:57—Estaba escondido en las cuevas del molino.
37:00—Lo tenemos.
37:01—Rafael, que venía detrás, bajó con calma.
37:06—Está vivo.
37:07—¿Pero apenas?
37:09—Luisa se tapó la boca.
37:11—¿Qué le hicieron?
37:13—Nada —respondió Rafael.
37:16—El frío y las heridas hicieron lo que nosotros no podíamos.
37:21—Pidió que lo llevaran al establo.
37:24Tomás, envuelto en una manta, respiraba con dificultad.
37:29Cuando vio a Rafael acercarse, sonrió débilmente.
37:33—Así que viniste a ver cómo muere un hombre.
37:37—No vine a ver morir a nadie —respondió Rafael.
37:40—Vine a ofrecerte una última oportunidad.
37:43Tomás soltó una carcajada ronca.
37:47—¿Oportunidad?
37:48—Ya no tengo nada.
37:50—Sí —dio Rafael, inclinándose.
37:54—¿Tienes el poder de decir la verdad?
37:57—Cuéntanos, ¿quién te ayudó a entrar al sótano?
38:00¿Quién te dio los planos?
38:02—Los ojos de Tomás se entrecerraron.
38:05—¿Y qué gano con eso?
38:08—Ganas el descanso —respondió Mercedes,
38:11que se había acercado silenciosamente.
38:14—¿Ganas la posibilidad de que tu alma
38:16no se pierda por completo?
38:18—El hombre la miró con una mezcla de burla y tristeza.
38:23—El alma —qué palabra tan bonita
38:26para los que pueden dormir tranquilos.
38:29—Yo nunca tuve una —
38:31Luisa, que observaba desde la puerta,
38:34no pudo contenerse.
38:35—¿Si la tuviste, Tomás?
38:39—¿La perdiste cuando elegiste odiar?
38:42—Él la miró con ojos vidriosos.
38:45—Siempre supe que serías mi castigo.
38:47—¿Y tú, mi lección? —respondió ella,
38:51con una calma que sorprendió a todos.
38:53—Rafael se inclinó de nuevo.
38:57—Por última vez, Tomás.
38:58—¿Quién te ayudó?
39:00—El ladrón tosió,
39:02y una mancha oscura se extendió sobre la manta.
39:05—No, no fue solo por el oro —murmuró.
39:10—Alguien quería que todo ardiera,
39:13que la casa se destruyera.
39:15Dijo que así se haría justicia.
39:18—¿Quién? —exiguió Rafael.
39:21Tomás sonrió con una mueca,
39:23que era casi un espasmo.
39:26—Victoria.
39:28El nombre cayó como un rayo.
39:30Mercedes se llevó una mano al pecho,
39:33y Rafael sintió cómo la rabia le subía por la garganta.
39:37—Victoria.
39:38—Tomás oscintió debilmente.
39:41—Ella me dio el plano,
39:43me prometió dinero y libertad.
39:44Dijo que quería ver caer esta casa,
39:48que el fuego purgaría el apellido Guzmán.
39:52Rafael apretó los puños.
39:54—Maldita sea.
39:56Pero antes de poder seguir interrogándolo,
39:59Tomás soltó un último suspiro.
40:02Su cuerpo se relajó,
40:04y su cabeza cayó hacia un lado.
40:06—Murió —dijo Atanasio en voz baja.
40:10Luisa lloró en silencio.
40:11Rafael se apartó, temblando de ira.
40:16—Victoria no solo destruye a los vivos.
40:19Usa a los muertos para seguir envenenando todo.
40:23Mercedes lo detuvo.
40:25—Rafael, no dejes que el odio te consuma.
40:29Si caes en su juego,
40:31ella habrá ganado.
40:33Él la miró con los ojos llenos de fuego.
40:35—No, Mercedes.
40:38Esta vez,
40:39ella va a pagar.
40:41Y salió del establo bajo la lluvia,
40:43decidido a poner fin,
40:45de una vez por todas,
40:47al ciclo de venganza que había convertido el valle salvaje
40:50en un campo de ruinas.
40:53La tormenta no se detuvo durante el resto del día.
40:56Las nubes parecían haberse aferrado al valle
41:00con la misma obstinación que la ira de Rafael.
41:03Caminaba solo por el sendero que llevaba
41:06hacia el antiguo caserón del norte,
41:08donde, según algunos informes,
41:10Victoria había sido vista por última vez.
41:14La lluvia empapaba su capa,
41:16pero él no se inmutaba.
41:19Cada gota parecía avivar más su determinación.
41:23Mercedes lo había intentado detener,
41:26pero no hubo manera.
41:28—Rafael, no puedes ir solo —le había dicho.
41:32—Victoria no es una mujer cualquiera.
41:35—Es capaz de todo.
41:37—Precisamente por eso debo ser yo —había respondido.
41:41—Si mando a otros, ella huirá.
41:45—Pero si me ve, sabrá que su tiempo terminó.
41:48A pocos kilómetros, en el refugio del caserón,
41:52Victoria permanecía en penumbra.
41:55La vela sobre la mesa temblaba con la corriente del viento.
41:59Frente a ella, un mapa del valle y varias cartas abiertas.
42:04Su mente trabajaba sin descanso.
42:06Tomás follow, murmuró parashimishmo.
42:10Y con su fracaso, mis aliados dudarán de mí,
42:14pero aún no he perdido.
42:16Tomó una de las cartas sellada con el escudo de Toledo.
42:20La leyó en silencio.
42:22Su rostro se ensombreció.
42:25—¿Han suspendido el proceso?
42:28—susurró.
42:29—El consejo no moverá un dedo sin más pruebas.
42:34Apretó el papel con rabia.
42:36—José Luis, Rafael, aún no saben lo que soy capaz de hacer.
42:41El ruido de un caballo la hizo girarse bruscamente.
42:47Corrió hacia la ventana y vio una silueta aproximarse bajo la lluvia.
42:52Rafael desmontó y empujó la puerta sin anunciarse.
42:57Victoria sonrió, sin sorpresa.
42:59—Sabía que vendrías y sabía que te encontraría, replicó él, empapado, con los ojos encendidos.
43:09Ella se acercó lentamente, con un aire casi maternal.
43:14—Rafael, no cometas el mismo error que tu padre.
43:18No me amenaces.
43:20Hablemos.
43:21—Hablar, respondió con amargura.
43:24Después de usar a Tomás, de provocar el incendio, de poner en riesgo a todos.
43:31—Tomás era un ladrón, replicó ella con frialdad.
43:35—Si fracasó, fue por su torpeza, no por mis planes.
43:41Yo solo le di una oportunidad.
43:44—¿Qué culpa tengo de que los débiles siempre decepcionen?
43:48Rafael avanzó un paso más.
43:52—Tu culpa es no haber amado nunca a nadie, ni siquiera a ti misma.
43:57Victoria lo observó con atención.
44:00—Crees que el amor redime, ¿verdad?
44:03—Eres igual que Adriana, inocente, predecible.
44:06—Adiós.
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