Madrid, 27 jun (EFE).- La reflación, el estímulo artificial por el Estado de la economía con el fin de superar una recesión, llega a su fin porque la inflación ha repuntado y la recuperación económica ya esta en marcha.
Según todos los indicios, todo lleva a pensar que en un plazo no muy largo comenzarán a retirarse los estímulos monetarios y fiscales.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo el pasado lunes que el efecto en la inflación de la eurozona que tendrá un aumento de los precios en Estados Unidos (EE.UU.) será previsiblemente moderado.
En su reunión de la pasada semana, la Fed mantuvo sin cambios los tipos de interés en el rango de entre el 0 % y el 0,25 %, donde se encuentran desde marzo de 2020, y su programa de compra masiva de bonos de 120.000 millones de dólares al mes.
Esta semana, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, reconocIó que la subida de precios en EE.UU. es "notable", pero insistió en que está relacionada con factores temporales,
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, ha afirmado que se mantendrán las compras de bonos, ya que la inflación será transitoria.
Para el próximo año, las expectativas de desarrollo económico, según la Fed, serán del 3,3 %.
Respecto a los tipos de interés, la Fed optó por mantenerlos al mismo nivel, en el rango de entre el 0 % y el 0,25 %, pese al repunte de la inflación, que se disparó en mayo hasta registrar un alza interanual del 5 %, la mayor desde 2008.
Sin embargo, a pesar de la elevada inflación, el banco central ha repetido que no prevé modificar los tipos de interés hasta 2023 debido a las cicatrices económicas provocadas por la pandemia.
La mayor parte de analistas creen que la retirada de los estímulos monetarios, "tapering", comenzará antes en EE.UU., donde la recuperación es más sólida, que en Europa, y que la reducción de las compras de activos precedería a una eventual subida de tipos.
Según ha señalado a Efe el economista Jefe de Intermoney, Francisco Vidal el repunte de la inflación "se va a ir diluyendo" y a corto plazo cree que las altas tasas de inflación van a ir perdiendo fuerza.
Vidal ha explicado que durante los momentos más duros de la crisis de la COVID-19 el objetivo fue evitar el colapso económico y ello se evitó con un estímulo importante de los bancos centrales y gobiernos.
Una vez que no colapse, ha dicho, el siguiente objetivo fue potenciar y favorecer la expansión económica. En esta etapa las medidas realizadas por gobiernos y bancos centrales han sido clave para explicar que haya mayores tasas de inflación ahora.
Por tanto, Vidal considera que "sí que ha habido un papel decisivo de la acción gubernamental de la política fiscal para estar en las tasas de inflación que estamos ahora", al tiempo que ha aludido a otro fenómeno clave para que exista inflación y es "que la cantidad de dinero crezca más rápido que la producción".
En los últimos meses la cantidad de dinero ha aument
Según todos los indicios, todo lleva a pensar que en un plazo no muy largo comenzarán a retirarse los estímulos monetarios y fiscales.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo el pasado lunes que el efecto en la inflación de la eurozona que tendrá un aumento de los precios en Estados Unidos (EE.UU.) será previsiblemente moderado.
En su reunión de la pasada semana, la Fed mantuvo sin cambios los tipos de interés en el rango de entre el 0 % y el 0,25 %, donde se encuentran desde marzo de 2020, y su programa de compra masiva de bonos de 120.000 millones de dólares al mes.
Esta semana, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, reconocIó que la subida de precios en EE.UU. es "notable", pero insistió en que está relacionada con factores temporales,
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, ha afirmado que se mantendrán las compras de bonos, ya que la inflación será transitoria.
Para el próximo año, las expectativas de desarrollo económico, según la Fed, serán del 3,3 %.
Respecto a los tipos de interés, la Fed optó por mantenerlos al mismo nivel, en el rango de entre el 0 % y el 0,25 %, pese al repunte de la inflación, que se disparó en mayo hasta registrar un alza interanual del 5 %, la mayor desde 2008.
Sin embargo, a pesar de la elevada inflación, el banco central ha repetido que no prevé modificar los tipos de interés hasta 2023 debido a las cicatrices económicas provocadas por la pandemia.
La mayor parte de analistas creen que la retirada de los estímulos monetarios, "tapering", comenzará antes en EE.UU., donde la recuperación es más sólida, que en Europa, y que la reducción de las compras de activos precedería a una eventual subida de tipos.
Según ha señalado a Efe el economista Jefe de Intermoney, Francisco Vidal el repunte de la inflación "se va a ir diluyendo" y a corto plazo cree que las altas tasas de inflación van a ir perdiendo fuerza.
Vidal ha explicado que durante los momentos más duros de la crisis de la COVID-19 el objetivo fue evitar el colapso económico y ello se evitó con un estímulo importante de los bancos centrales y gobiernos.
Una vez que no colapse, ha dicho, el siguiente objetivo fue potenciar y favorecer la expansión económica. En esta etapa las medidas realizadas por gobiernos y bancos centrales han sido clave para explicar que haya mayores tasas de inflación ahora.
Por tanto, Vidal considera que "sí que ha habido un papel decisivo de la acción gubernamental de la política fiscal para estar en las tasas de inflación que estamos ahora", al tiempo que ha aludido a otro fenómeno clave para que exista inflación y es "que la cantidad de dinero crezca más rápido que la producción".
En los últimos meses la cantidad de dinero ha aument
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