Rosalía, el origen del fenómeno

  • hace 5 años
Barcelona, 6 sep (EFE).- Rosalía, Rosalía, Rosalía... El nombre de la cantante catalana está en boca de todos, pero no es una casualidad. El éxito de esta joven artista, que gana Grammys y MTV Awards a pares, era predecible, casi "inevitable" si se pregunta a quienes la ayudaron a recorrer el camino hacia el altar de "artista total".
Cuando aún no hace ni un año de la aparición de "El mal querer" (Sony Music) -disco que le puso en el atlas mundial con su híbrido de trap, reguetón, sonidos flamencos y pop-, el fenómeno Rosalía resulta tan ubicuo que son muchos los que se preguntan el porqué de este triunfo, súbito quizás, pero ni casual ni inesperado para los profesores que se cruzaron con ella y que coinciden al describirla: talento, tenacidad, esfuerzo y, sobre todo, espíritu curioso.
A punto ahora de cumplir los 26, Rosalía desbordaba maneras desde niña, una primera vocación espontánea para una joven nacida en un entorno alejado de lo flamenco, pero que dejó claro, cuando tuvo ya algo de juicio, cuáles eran sus querencias.
LOS AÑOS DE SANT ESTEVE SESROVIRES
Para entenderlo bien se ha de buscar en el mapa, acudir a los vecinos de su Sant Esteve Sesrovires natal, que la vieron bailar y cantar y desenvolverse sobre el escenario de El Casino cuando sólo levantaba unos palmos del suelo, primeros "testigos" en darse cuenta de que aquello "no era normal".
Manoli Rodríguez, profesora suya desde los cinco años hasta la adolescencia en una pequeña academia de danza de esa localidad barcelonesa, recuerda que cuando se subía al escenario se crecía, "siempre con una gran sonrisa".
"El flamenco no estaba en su vida ni en su entorno. A través de amigos fue escuchando flamenco, a Camarón... eso le hizo abrirse a ese mundo. Cuando lo descubrió tuvo claro su objetivo", añade.
"Está trabajando muy duro y consiguiendo su sueño. Ha sabido fusionar todos los estilos que ha aprendido: jazz, flamenco, danzas urbanas, hip-hop...", resume Manoli, "superorgullosa" del éxito de la cantante de "Malamente".
"Un día estaba cantando con sus amigas en la trastienda, y me pregunté quién sería, cuando vi que era ella me quedé embobada oyéndola, tenía una voz preciosa", rememora por su parte la granadina Antonia Cañadas, presidenta de la Entidad Cultural Flamenca de Sant Esteve, donde con trece años Rosalía formó "Triana", un grupo de baile con unas amigas.
"Le pregunté que si en el festival de verano además de bailar quería cantar. Me contestó que sí", explica Cañadas desde el patio de su casa en Sant Esteve, rodeada de geranios y radiante ante la trayectoria desprejuiciada que ha tomado la carrera de Rosalía.
"Era un encanto, todo alegría, responsable. No se puede decir nada malo, sólo cosas positivas. Me gusta todo lo que hace, cuando canta flamenco y ahora, que hace otras cosas, también me gusta. Me alegro de su éxito, se lo ha trabajado todo, nadie le ha regalado nada", afirma.
Rosalía supo entonces que si quería seguir descubriendo "palos" tenía que continuar su

Recomendada